Sandra Cuevas y “El Choko”: Besos, poder y escándalos que manchan el mural político

Sandra Cuevas y “El Choko”: Besos, poder y escándalos que manchan el mural político

¡Paren la rotativa y suban el volumen al chisme! Lo que parecía un romance políticamente incorrecto, hoy es un escándalo nacional con sabor a narcoserie. Sandra Cuevas, exalcaldesa de Cuauhtémoc y flamante figura del partido México Nuevo, está protagonizando un drama con ingredientes de telenovela: un líder criminal, un beso viral, acusaciones cruzadas, y una narrativa que va de víctima a villana… y vuelta.

💋 El beso que desató la tormenta

El 10 de septiembre, la Marina y la policía mexiquense capturaron a Alejandro Gilmare Mendoza, alias El Choko, presunto cabecilla de “La Chokiza”, una banda criminal con historial tan largo como una lista de exnovios políticos. Pero lo que desató el vendaval no fue la detención… sino las imágenes filtradas por el periodista Carlos Jiménez (C4): Sandra Cuevas bailando con El Choko, posando frente a un mural alusivo a la banda, y coronando la velada con un beso en la mejilla que ya tiene su propio sticker de WhatsApp.

¿Relación sentimental? ¿Selfie espontánea? ¿Campaña peligrosa? Las teorías van desde lo romántico hasta lo conspiranoico.

🎤 Cuevas responde… con más fuego

Fiel a su estilo de diva insurgente, Cuevas no guardó silencio. El 12 de septiembre acusó a C4 de difamación, invocó la Ley Olimpia y denunció una campaña de violencia mediática y de género. “¡No me van a callar!”, declaró en X. Pero Carlos Jiménez no se quedó atrás: “¿Mostrarla con un criminal es violencia? Agarre ficha y fórmese”.

¿Quién gana este round? El rating.

🥂“Fue uno más…”: Cuevas, sin filtros

En conferencia de prensa (con anillo Tiffany y reloj Tag Heuer, cortesía de su propio estilo), Sandra lo soltó sin anestesia: “Fue una relación efímera, laboral y sentimental. No le pedí antecedentes penales.” Lo que para algunos fue honestidad brutal, para otros fue cinismo glamouroso.

Las fotos —y no sólo las de C4— muestran a El Choko organizando rodadas, campañas y hasta inauguraciones con Cuevas, flanqueados por celebridades como Mario Bezares y Héctor Soberón. ¿Publicidad? ¿Protección? ¿Pasión? Solo Netflix podría responder.

🔥 Política, crimen y ambición

Sandra dice que todo es una campaña en su contra. Señala a Morena, al PRI, y hasta a los mismos medios por “atacarla” más que a otros políticos que también se tomaron fotos con El Choko, como Azucena Cisneros o Raymundo Martínez. Pero el reflector, como siempre, la sigue a ella.

Mientras tanto, usuarios y analistas en redes analizan si Cuevas fue víctima del amor… o cómplice del horror. Algunos aseguran que usó a El Choko como “enlace” con la Unión Tepito. Otros, que lo abandonó tras su detención. Y sí, hay quien afirma que se fue de la ciudad por miedo.

👑 C4: El rey del caos

Carlos Jiménez sigue documentando el escándalo como si fuera el guionista de Narcos: Cuauhtémoc Edition. Su credibilidad sube, sus detractores lo acusan de sesgado, y su timeline es dinamita pura. Cuevas ya anunció demandas contra C4, Milenio, Chumel Torres y Político MX por no darle derecho de réplica.

Mientras tanto, C4 responde con una carcajada… y más fotos.

📉 ¿Qué se está jugando?

El caso de Sandra Cuevas y El Choko no es solo un “escándalo con glitter”. Pone en evidencia la porosidad entre política y crimen, el uso de la estética para maquillar relaciones peligrosas, y la fragilidad de las narrativas del “outsider que desafía al sistema”.

Y aunque no hay pruebas concluyentes de que Cuevas supiera los delitos de El Choko, las imágenes son reales, muchas compartidas por ella antes de que se volviera incómodo aparecer con su “ex”.

Cuando el mural se cae…

Sandra Cuevas quiso pintar un mural de poder alternativo, de rebeldía política con tintes de influencer. Pero eligió un pincel peligroso… y hoy enfrenta los trazos de su propio escándalo.

¿Será víctima del machismo y el sistema? ¿O una estrella que jugó demasiado cerca del sol… y del crimen?

Una cosa es segura: El mural político mexicano ahora tiene un nuevo rostro, con labios pintados, gafas negras… y una sombra de narcoarte.