Por Redacción
CIUDAD DE MÉXICO — En un movimiento que redefine el marco laboral del siglo XXI en México, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció el inicio de una etapa piloto que reconoce por primera vez en la historia del país los derechos laborales de los trabajadores de plataformas digitales. La prueba, que comenzará el 1 de julio y se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2025, marca un parteaguas en la evolución de las relaciones laborales en la economía digital.
“El 1 de julio comienza la implementación piloto de la reforma que reconoce los derechos laborales de los trabajadores de plataformas digitales”, declaró Sheinbaum durante su conferencia matutina, reiterando que esta transformación no solo es una prioridad de su gobierno, sino también un emblema de la Cuarta Transformación que encabeza.
La reforma —aprobada y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 24 de diciembre de 2024— es resultado de un largo proceso de negociación con las principales empresas del sector, muchas de las cuales, según reconoció Sheinbaum, inicialmente se mostraron escépticas. “Poco a poco se han ido convenciendo de la importancia de que tengan derechos laborales”, dijo, enfatizando que la medida surge de un consenso y no de una imposición.
Derechos sin restricciones
La mandataria aseguró que la reforma no implica un cambio en la lógica de flexibilidad que ha caracterizado al empleo digital. “Si deciden trabajar cuatro horas a la semana, podrán seguir haciéndolo”, afirmó. Lo que cambia, subrayó, es el acceso a derechos fundamentales como seguro social, apoyo en caso de accidentes y, eventualmente, prestaciones como la pensión.
Desde el 1 de julio, se pondrán en marcha mecanismos administrativos para registrar y asegurar a estos trabajadores ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y se comenzará a aplicar un sistema digital que garantice el cumplimiento normativo. Los lineamientos específicos se publicarán la próxima semana en el Diario Oficial de la Federación.
Un modelo sin cargas fiscales
El secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Bolaños López, fue claro al descartar cualquier afectación fiscal para los trabajadores. “No hay un cambio en el régimen fiscal, no hay un aumento de impuestos. Se mantienen las reglas actuales del ISR y del IVA”, indicó, y añadió que el reconocimiento formal no significará una carga económica, sino un acceso sustancial a derechos y seguridad social.
En un país donde miles de personas —repartidores, conductores, mensajeros— laboran día tras día bajo esquemas de subcontratación o sin vínculo legal directo con las plataformas, esta reforma representa un paso decisivo hacia la justicia laboral.
Rumbo al 2026
El gobierno federal definió este periodo piloto como una etapa de ajustes operativos. Si bien la ley ya es obligatoria, los seis meses permitirán verificar que las herramientas digitales funcionen correctamente antes de la entrada en vigor total prevista para el 1 de enero de 2026.
Sheinbaum enfatizó que este proceso no implica riesgo para el empleo. “No lo van a perder, al contrario, lo que estamos buscando es que tengan las prestaciones mínimas que debe tener cualquier trabajador”, afirmó.
La reforma mexicana se inscribe en un contexto global de debate sobre la precarización digital del trabajo. En una región con profundas desigualdades, este experimento legislativo coloca a México a la vanguardia de la regulación laboral contemporánea.
Con esta medida, el gobierno no solo responde a una deuda histórica con quienes sostienen buena parte de la economía digital, sino que lanza una señal contundente: los derechos laborales no deben ser sacrificados en nombre de la innovación.
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