Labubu, el singular personaje creado por el artista hongkonés Kasing Lung, ha trascendido fronteras para convertirse en un ícono de la cultura pop global. Distribuido por la empresa china Pop Mart, Labubu ha capturado la atención de coleccionistas y celebridades, consolidándose como una de las figuras más codiciadas en el mercado de juguetes de diseño.
Con su distintiva apariencia de orejas puntiagudas, dientes irregulares y sonrisa traviesa, Labubu ha sido adoptado por figuras como Rihanna, Dua Lipa y Lisa de Blackpink, quienes han compartido su afición por el personaje en redes sociales, amplificando su popularidad. Este fenómeno ha llevado a Pop Mart a reportar ingresos récord, superando los 13 mil millones de yuanes (aproximadamente 1.81 mil millones de dólares) en 2024, con un crecimiento del 1,200% en las ventas de peluches, representando casi el 22% de sus ingresos totales.
El modelo de ventas de «cajas sorpresa» ha sido clave en el éxito de Labubu, generando una experiencia de compra lúdica y coleccionable que ha resonado especialmente entre los consumidores jóvenes. Sin embargo, la alta demanda ha provocado escasez en tiendas y un mercado secundario donde algunas figuras alcanzan precios de hasta 7,000 dólares.
Para contrarrestar la proliferación de falsificaciones y la reventa a precios inflados, Pop Mart ha implementado sistemas de compra con nombre real y límites de cantidad, además de colaborar con aduanas para combatir el contrabando y utilizar tecnología blockchain para autenticar ediciones limitadas.
Labubu no solo representa un éxito comercial, sino también un símbolo de la creciente influencia de la cultura pop china en el escenario global. Su ascenso demuestra cómo una creación local puede resonar internacionalmente, desafiando la hegemonía de las propiedades intelectuales occidentales y asiáticas tradicionales.
Con planes de expansión que incluyen la apertura de más tiendas físicas en Estados Unidos y Europa, así como colaboraciones con artistas locales, Pop Mart busca consolidar la presencia de Labubu y otras figuras en mercados internacionales, marcando una nueva era para la exportación cultural china.
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