Ciudad de México, 2 de junio de 2025 – Hugo Aguilar Ortiz, un abogado indígena de origen mixteco, se perfila como el próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tras liderar los resultados preliminares de la histórica elección judicial del 1 de junio de 2025, con más de 4.3 millones de votos, según datos del Instituto Nacional Electoral (INE) al corte de las 18:30 horas. Su trayectoria, marcada por la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, lo posiciona como un símbolo de transformación en el Poder Judicial mexicano.
Orígenes y formación académica
Nacido en 1973 en Villa Guadalupe Victoria, San Miguel el Grande, Tlaxiaco, Oaxaca, Aguilar Ortiz creció en la región mixteca, una de las zonas más marginadas del país. Su identidad indígena ha sido el pilar de su carrera, guiada por el lema “como indígena, un cargo es sinónimo de servicio”. Es licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), donde también cursó una maestría en Derecho Constitucional. Su tesis de licenciatura abordó el pluralismo jurídico y los sistemas electorales indígenas, reflejando su compromiso con la justicia desde una perspectiva multicultural.
Trayectoria profesional
Con más de 30 años de experiencia, Aguilar Ortiz ha dedicado su carrera a la defensa de los derechos humanos, con un enfoque en los pueblos indígenas y afromexicanos. Entre 2011 y 2015, fungió como subsecretario de Derechos Indígenas de la Secretaría de Asuntos Indígenas del Gobierno de Oaxaca, y de 2016 a 2018 fue director de Sistemas Normativos Indígenas del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana, donde coordinó el Catálogo de Municipios que eligen por usos y costumbres. Desde 2018, se desempeñó como coordinador general de Derechos Indígenas del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).
Aguilar Ortiz también ha sido un litigante estratégico, impulsando controversias constitucionales contra leyes que excluían a los medios de comunicación indígenas y cuestionando reformas constitucionales ante la SCJN. Su trabajo como asesor legal de 15 comunidades indígenas en conflictos entre sistemas jurídicos indígenas y estatales estableció criterios jurisprudenciales en tribunales de Oaxaca y a nivel federal. Además, colaboró con el EZLN en propuestas de reformas constitucionales en los años 90, consolidando su reputación como defensor de los derechos colectivos.
Fue reconocido con el Premio Nacional a la Juventud Indígena en 2001 y fundó SERvicios del Pueblo Mixe, una organización dedicada a la defensa de los derechos humanos de comunidades indígenas y afromexicanas en Oaxaca. Su labor también incluye asesorías para la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, enfocándose en temas de tierra, territorio y recursos naturales.
Propuestas para la Suprema Corte
Bajo el lema de campaña “¡Ya nos toca!”, Aguilar Ortiz propone una justicia “en territorio”, más cercana a las comunidades, con audiencias presenciales, menos burocracia y un enfoque en la “verdad real” por encima de formalismos legales. Aboga por un modelo jurisdiccional pluricultural que incorpore las realidades y aspiraciones de los sectores excluidos, promoviendo el uso del Amicus Curiae y el diálogo entre poderes y pueblos originarios. Su visión busca que la justicia no solo aplique la ley, sino que genere paz y transformaciones sociales, especialmente para los pueblos indígenas.
Un momento histórico
Con el 58.4% de las actas computadas, Aguilar Ortiz lideraba la elección con 3.08 millones de votos, seguido de cerca por la ministra Lenia Batres con 2.9 millones, según el INE. Su posible designación como presidente de la SCJN, a partir del 1 de septiembre de 2025, marcaría un hito: sería el primer indígena en presidir el máximo tribunal de México, en un contexto de reforma judicial que busca democratizar el acceso a la justicia.
A pesar de su falta de experiencia previa en el Poder Judicial de la Federación, su trayectoria como servidor público y activista ha resonado con el electorado, que ve en él una oportunidad para llevar la voz de los pueblos originarios al corazón del sistema judicial. Críticos, sin embargo, han señalado la baja participación electoral (13.2%) y cuestionado el proceso por supuestas irregularidades, como el uso de “acordeones” oficiales que promovieron su candidatura.
Un legado en construcción
Hugo Aguilar Ortiz no solo representa un cambio en la cúpula del Poder Judicial, sino una oportunidad para replantear la justicia en México desde una perspectiva incluyente. Su liderazgo, forjado en las luchas de las comunidades indígenas, podría redefinir el rumbo de la SCJN en un país que enfrenta desafíos de desigualdad, marginación y desconfianza en las instituciones. Como él mismo ha dicho: “La justicia debe ser útil, generar paz y estar alineada con la realidad de los pueblos”.
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