Por: Redacción | LYPmultimedios, 11 de julio de 2025
Chicago, Illinois – Este viernes 11 de julio de 2025, Ovidio Guzmán López, conocido como «El Ratón» e hijo del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán, se declaró culpable ante la Corte del Distrito Norte de Illinois en Chicago. Guzmán López, de 35 años, admitió su responsabilidad en cuatro cargos relacionados con narcotráfico y crimen organizado, marcando un hito en la batalla judicial contra el Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas de México. Este evento no solo representa un avance significativo en el caso de uno de los líderes de la facción conocida como «Los Chapitos», sino que también plantea interrogantes sobre el futuro del cártel y las relaciones entre México y Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico.
Contexto del caso
Ovidio Guzmán, uno de los herederos del imperio criminal de su padre, fue arrestado el 5 de enero de 2023 en Jesús María, una localidad cercana a Culiacán, Sinaloa, tras una operación militar mexicana que dejó un saldo de 29 muertos, incluyendo 10 soldados y 19 presuntos sicarios del cártel. Este episodio, conocido por su violencia extrema, incluyó bloqueos carreteros, quema de vehículos y ataques al aeropuerto de Culiacán, donde un avión de Aeroméxico recibió un impacto de bala. La captura fue el resultado de seis meses de vigilancia conjunta entre las fuerzas mexicanas y agencias estadounidenses, según el entonces secretario de Defensa mexicano, Luis Cresencio Sandoval.
Tras su arresto, Guzmán fue trasladado a la Ciudad de México y posteriormente al penal de máxima seguridad El Altiplano. A pesar de los esfuerzos legales de su defensa por evitar la extradición, el 15 de septiembre de 2023 fue enviado a Estados Unidos, donde enfrentaba cargos en Chicago, Nueva York y el Distrito de Columbia por narcotráfico, lavado de dinero y posesión de armas. Su primera comparecencia en Chicago ocurrió el 18 de septiembre de 2023, donde inicialmente se declaró no culpable.
Declaración de culpabilidad y cooperación con la justicia
El giro en el caso ocurrió este 11 de julio de 2025, cuando Ovidio Guzmán se presentó ante la jueza Sharon Johnson Coleman en Chicago y aceptó su culpabilidad en cuatro cargos: dos por crimen organizado y dos por conspiración para traficar drogas, incluyendo cocaína, metanfetaminas y fentanilo. Según reportes, esta declaración forma parte de un acuerdo con la fiscalía estadounidense, que solicitará una reducción de sentencia a cambio de que Guzmán proporcione «asistencia sustancial» a las autoridades. Aunque los detalles de lo que Guzmán revelará no han sido divulgados, se especula que su cooperación podría implicar información sobre las operaciones del Cártel de Sinaloa, incluyendo nombres de socios, rutas de tráfico y posibles conexiones con funcionarios corruptos.
Este acuerdo se formalizó tras meses de negociaciones, confirmadas por el abogado Jeffrey Lichtman en enero de 2025. La audiencia, originalmente programada para el 9 de julio, fue pospuesta dos días, culminando en la declaración de culpabilidad de hoy. La fiscalía de Nueva York, por su parte, desestimó los cargos pendientes en esa jurisdicción, consolidando el caso en Illinois.
Repercusiones y antecedentes
La decisión de Guzmán de colaborar con las autoridades estadounidenses no es un hecho aislado. Su hermano, Joaquín Guzmán López, arrestado el 25 de julio de 2024 junto con Ismael «El Mayo» Zambada en Nuevo México, también está negociando un acuerdo similar. La captura de Zambada, un histórico líder del Cártel de Sinaloa, desató una guerra interna entre las facciones de «Los Chapitos» y «Los Mayitos», que ha dejado más de 1,200 muertos en Sinaloa. Este conflicto, exacerbado por la supuesta traición de Joaquín Guzmán López al entregar a Zambada, subraya la fragilidad de la estructura del cártel tras la caída de sus principales figuras.
El caso de Ovidio Guzmán también revive recuerdos del «Culiacanazo» de 2019, cuando fue brevemente detenido y liberado por órdenes del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador para evitar un baño de sangre. Aquel episodio, que dejó al menos ocho muertos, fue una humillación para el gobierno mexicano y evidenció el poder del cártel en Sinaloa. La captura exitosa de 2023 y su posterior extradición fueron vistas como una reivindicación para las autoridades mexicanas, aunque no sin un alto costo humano.
Reacciones y tensiones bilaterales
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha criticado la «falta de coherencia» del gobierno estadounidense, que clasificó a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas en enero de 2025, pero continúa negociando con sus líderes para obtener información. Sheinbaum conmemoró a los soldados caídos durante la captura de Guzmán y pidió mayor coordinación con Estados Unidos, destacando la importancia de la transparencia en casos como este.
Por su parte, la extradición de Guzmán y su cooperación han generado especulaciones en redes sociales y medios mexicanos. Diferentes personajes han sugerido que las revelaciones de Guzmán podrían implicar a figuras políticas en México y Colombia, aunque estas afirmaciones carecen de evidencia concreta y deben tratarse con cautela.
Implicaciones futuras
La declaración de culpabilidad de Ovidio Guzmán marca un punto de inflexión en la lucha contra el Cártel de Sinaloa, pero no necesariamente su fin. Con dos de los cuatro «Chapitos» bajo custodia (Ovidio y Joaquín), la presión aumenta sobre Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, quienes permanecen prófugos en México. La DEA ha incrementado las recompensas por información que lleve a su captura, y la reciente detención de operadores clave del cártel sugiere que el cerco se está cerrando.
Sin embargo, analistas como Alejandro Hope advierten que la captura de figuras como Ovidio no necesariamente desmantela la estructura del cártel, que sigue operando con una red extensa y recursos significativos. La violencia en Sinaloa, agravada por la guerra interna, podría intensificarse si las revelaciones de Guzmán afectan a otros líderes o aliados del cártel.
El caso de Ovidio Guzmán refleja la complejidad de la lucha contra el narcotráfico en México y su impacto en las relaciones con Estados Unidos. Su declaración de culpabilidad y su rol como testigo cooperante podrían ofrecer información valiosa para desarticular redes criminales, pero también arriesgan exacerbar la violencia en Sinaloa. Mientras la justicia estadounidense avanza, los ojos están puestos en lo que «El Ratón» revelará y cómo esto reconfigurará el panorama del crimen organizado en México.
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