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El amanecer de la escalada – El ataque israelí a Teherán y sus reverberaciones globales

Teherán, Irán, 12 de junio de 2025 – En las primeras horas de este viernes, cuando la penumbra aún envolvía la capital iraní, el estruendo de explosiones irrumpió en el silencio. Israel, en un movimiento traicionero y unilateral, ejecutó lo que su ministro de Defensa, Israel Katz, denominó un «ataque preventivo» contra objetivos nucleares y militares en Irán. La operación, bautizada como «León Ascendente» por el primer ministro Benjamin Netanyahu, marcó un punto de inflexión en las tensiones latentes entre ambos países, desatando una cadena de consecuencias que resuenan en los corredores diplomáticos, los mercados globales y las dinámicas de poder en Oriente Medio.

El alba del conflicto

A las 2:00 a.m. hora local, los residentes de Teherán fueron sacudidos por explosiones en el noroeste de la ciudad, según reportes de la agencia estatal iraní IRNA. Las imágenes de humo y fuego ascendiendo desde edificios en barrios como Chitgar, aunque no albergan sitios nucleares conocidos, se difundieron rápidamente en las redes sociales. El ataque, confirmado por fuentes israelíes, involucró decenas de cazas de la Fuerza Aérea Israelí (IAF) que golpearon al menos seis bases militares alrededor de Teherán, incluyendo Parchin, así como complejos residenciales de comandantes militares en un aparente intento de «asesinatos selectivos», según cuatro oficiales iraníes de alto rango. La agencia de noticias Tasnim reportó que el aeropuerto internacional Imam Khomeini suspendió operaciones, aunque no fue directamente impactado.

El gobierno israelí justificó la operación como una respuesta a la «amenaza existencial» del programa nuclear iraní, que, según Netanyahu, había alcanzado un punto crítico con el enriquecimiento de uranio a niveles cercanos al necesario para armas nucleares. En un mensaje grabado, el primer ministro afirmó: «Hemos golpeado el corazón del programa de enriquecimiento nuclear, sus instalaciones principales, científicos clave y programas de misiles balísticos». La declaración de Katz, advirtiendo sobre una inminente retaliación iraní con misiles y drones, llevó a Israel a declarar un estado de emergencia, cerrar su espacio aéreo y activar sus sistemas de defensa antimisiles.

La respuesta iraní y el espectro de la retaliación

Irán, por su parte, no tardó en reaccionar. El cierre temporal de su espacio aéreo sobre Teherán, anunciado mediante un NOTAM (aviso a los aviadores), reflejó la gravedad de la situación. La televisión estatal iraní reportó que el cuartel general de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) en Teherán fue incendiado, con temores iniciales de que su líder, Hossein Salami, pudiera haber perecido, aunque esta información no ha sido confirmada. Un alto oficial iraní, citado por The New York Times, reveló que jets iraníes despegaron para interceptar aviones israelíes, mientras Teherán finalizaba un plan de contraataque que involucraría «cientos de misiles balísticos» dirigidos a Israel.

La retórica iraní fue igualmente contundente. Esmail Qaani, comandante de la Fuerza Quds del IRGC, advirtió que cualquier agresión sería respondida con una acción «que cambiará la historia», superando los ataques de misiles previos contra Israel en abril y octubre de 2024. La amenaza no se limitó a Israel: el ministro de Defensa iraní, Aziz Nasirzadeh, señaló que las bases estadounidenses en la región serían objetivos legítimos, elevando el riesgo de una confrontación directa con Washington.

El contexto diplomático: un golpe a las negociaciones

El ataque israelí llega en un momento de delicadas negociaciones entre Estados Unidos e Irán, programadas para reanudarse el domingo en Omán. Estas conversaciones, lideradas por el enviado estadounidense Steve Witkoff y el ministro iraní Abbas Araghchi, buscaban limitar el programa nuclear iraní a cambio de alivio en sanciones económicas. Sin embargo, la acción de Israel, ejecutada sin apoyo militar estadounidense según el secretario de Estado Marco Rubio, parece diseñada para torpedear este proceso. La censura del Consejo de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) a Irán el jueves, la primera en dos décadas, por incumplir sus obligaciones nucleares, añadió presión a Teherán, que respondió anunciando la construcción de un tercer sitio de enriquecimiento.

El presidente Donald Trump, quien horas antes del ataque expresó su deseo de evitar un conflicto, enfrenta ahora un dilema: respaldar a su aliado israelí o preservar su estrategia diplomática. La evacuación de personal no esencial de las embajadas estadounidenses en Irak, Bahréin y Kuwait, junto con la autorización para que familias de militares abandonen la región, indica una preparación para posibles represalias iraníes contra intereses estadounidenses.

Repercusiones inmediatas en el mundo

1. Mercados energéticos y economía global

El ataque desató una reacción inmediata en los mercados. El precio del crudo Brent se disparó casi un 5%, reflejando temores de interrupciones en el suministro de petróleo del Golfo Pérsico, una arteria vital para el comercio energético global. La advertencia británica a los buques mercantes en el Estrecho de Ormuz, instándolos a extremar precauciones, subraya el riesgo de un conflicto marítimo que podría paralizar las rutas comerciales.

2. Dinámicas regionales

El ataque agrava las tensiones en un Oriente Medio ya fracturado. La reciente debilitación de los proxies iraníes, como Hezbollah y Hamas, por acciones israelíes, había reducido la capacidad de disuasión de Teherán. Sin embargo, una respuesta iraní masiva podría galvanizar a grupos aliados en Irak, Siria y Yemen, como los Houthis, quienes ya advirtieron que un ataque a Irán «arrastrará a la región al abismo de la guerra». La presencia de 2,500 tropas estadounidenses en Irak, vistas por Irán como una amenaza, podría convertirse en un punto de fricción adicional.

3. Seguridad global y proliferación nuclear

El objetivo declarado de Israel –frenar el programa nuclear iraní– podría tener el efecto contrario. Expertos advierten que un ataque limitado, sin el respaldo de bombas penetrantes estadounidenses, probablemente no destruirá las instalaciones subterráneas de Irán en Natanz o Fordo. En cambio, podría acelerar los esfuerzos de Teherán para desarrollar un arma nuclear como medida de autodefensa, alterando el equilibrio de poder en la región y aumentando el riesgo de proliferación.

4. Impacto humanitario

En Teherán, IRNA reportó al menos una docena de civiles muertos en los ataques iniciales, con daños en áreas residenciales. La escalada militar amenaza con agravar la crisis humanitaria en la región, especialmente en Gaza, donde más de 55,000 palestinos han muerto desde octubre de 2023, según cifras iraníes. La interrupción de vuelos civiles en Israel e Irán, junto con el cierre de aeropuertos clave, afecta a miles de viajeros y complica el envío de ayuda.

5. Escenario geopolítico

El ataque expone las fracturas en la alianza entre Israel y Estados Unidos. La decisión de Netanyahu de actuar sin el apoyo militar de Washington, aunque posiblemente con asistencia de inteligencia, refleja una desconfianza en las intenciones diplomáticas de Trump. Al mismo tiempo, la censura de la OIEA, respaldada por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, podría allanar el camino para la reimposición de sanciones de la ONU, aislando aún más a Irán y empujándolo hacia aliados como Rusia y China.

Un mundo en vilo

A las 8:00 p.m. CST del 12 de junio de 2025, el mundo observa con contención el aliento. Las sirenas resuenan en Israel, donde la población se refugia en anticipation de un contraataque iraní. En Teherán, la furia y la determinación se mezclan en los discursos oficiales, mientras los escombros aún humean. La comunidad internacional, dividida entre llamados a la contención y condenas al unilateralismo israelí, enfrenta un escenario donde un error de cálculo podría desencadenar una guerra regional con ramificaciones globales.

El ataque a Teherán no es solo un episodio en la rivalidad entre Israel e Irán; es un reflejo de un orden mundial en transición, donde las ambiciones nucleares, las alianzas frágiles y las apuestas diplomáticas convergen en un polvorín. Mientras las horas pasan, la pregunta no es si habrá repercusiones, sino cuán lejos llegarán.

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