Washington, D.C., 5 de junio de 2025 – Una disputa pública entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el magnate tecnológico Elon Musk ha captado la atención mundial, marcando un quiebre en lo que alguna vez fue una alianza estratégica. La confrontación, que se intensificó este jueves 5 de junio de 2025, tiene su origen en desacuerdos sobre un proyecto de ley fiscal impulsado por Trump, pero se ha agravado con acusaciones personales y amenazas que podrían tener profundas repercusiones políticas y económicas.
Orígenes del conflicto
El desencadenante principal de la disputa fue la crítica de Musk al proyecto de ley fiscal y presupuestaria impulsado por la administración Trump. Este megaproyecto, aprobado por la Cámara de Representantes y ahora en debate en el Senado, busca extender las exenciones fiscales del primer mandato de Trump (2017-2021), introducir nuevas rebajas fiscales y aumentar los fondos para la gestión de la frontera y políticas migratorias estrictas. Sin embargo, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estima que esta legislación añadiría aproximadamente 2.4 billones de dólares a la deuda nacional en la próxima década, una proyección que Musk calificó de “abominación repugnante” en una publicación en X el 3 de junio de 2025.
Musk, quien hasta finales de mayo lideró el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), expresó su frustración porque el proyecto contradice los objetivos de austeridad fiscal que él promovía. “Francamente, me decepcionó ver el enorme proyecto de ley de gastos, que aumenta el déficit presupuestario, no solo lo reduce, y socava el trabajo que está realizando el equipo de DOGE”, declaró Musk en una entrevista con CBS Sunday Morning. Esta crítica pública marcó el inicio de una serie de desencuentros que han escalado rápidamente.
El conflicto se agudizó cuando Trump retiró su apoyo a Jared Isaacman, un aliado de Musk, como candidato para dirigir la NASA, lo que encendió la ira del magnate, cuyos contratos con SpaceX dependen en gran medida de la agencia espacial. En respuesta, Trump acusó a Musk de cambiar de opinión sobre el proyecto de ley al darse cuenta de que afectaría negativamente a sus empresas, especialmente Tesla, al eliminar créditos fiscales federales de hasta 7,500 dólares para vehículos eléctricos.
Escalada de acusaciones
La disputa alcanzó un punto crítico este 5 de junio cuando Musk publicó en X: “@realDonaldTrump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos. ¡Que tengas un buen día, DJT!”. Esta acusación, que vincula a Trump con los documentos relacionados con la red de pederastia de Jeffrey Epstein, ha sido calificada como una “bomba” en el ámbito político, aunque no se han presentado pruebas públicas que sustenten la afirmación.
Trump, por su parte, respondió en su plataforma Truth Social, amenazando con cancelar los contratos gubernamentales y subsidios de las empresas de Musk, incluyendo SpaceX y Starlink. “La forma más sencilla de ahorrar miles de millones de dólares en el presupuesto federal sería cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Elon”, escribió Trump, añadiendo que siempre le sorprendió que el expresidente Joe Biden no hubiera tomado esa medida. Además, Trump afirmó que Musk “sabía los pormenores” del proyecto de ley y que su cambio de postura fue motivado por intereses comerciales.
Repercusiones económicas y políticas
El enfrentamiento ha tenido un impacto inmediato en los mercados. Las acciones de Tesla se desplomaron un 14.26% este jueves, cerrando en 284.70 dólares por acción, lo que representó una pérdida de más de 180 mil millones de dólares en el valor de mercado de la compañía en un solo día. La fortuna personal de Musk, que alcanzó los 500 mil millones de dólares tras la victoria de Trump en noviembre de 2024, se redujo en 34 mil millones de dólares, marcando la segunda mayor pérdida en un solo día en la historia del Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
Políticamente, la ruptura entre Trump y Musk, quienes fueron aliados clave durante la campaña electoral de 2024, podría debilitar la base de apoyo del presidente. Musk invirtió más de 260 millones de dólares en la campaña de Trump y movilizó recursos significativos a través de su Súper PAC, America PAC, para asegurar la victoria republicana en estados clave. Su salida del DOGE y sus críticas públicas podrían alienar a sectores del electorado que ven en Musk una figura influyente.
Además, la amenaza de Trump de cancelar contratos con SpaceX y Starlink podría tener implicaciones para la seguridad nacional y la infraestructura tecnológica de Estados Unidos. SpaceX es un socio clave de la NASA y del Departamento de Defensa, mientras que Starlink proporciona servicios de internet críticos para agencias federales. Algunos analistas advierten que estas medidas podrían generar conflictos de intereses y complicaciones tecnológicas, como la imposibilidad de gestionar el tráfico aéreo únicamente con satélites.
Contexto de una relación fracturada
La relación entre Trump y Musk no siempre fue conflictiva. Durante la campaña de 2024, Musk se convirtió en un ferviente defensor de Trump, financiando iniciativas y utilizando X para promover su candidatura. Sin embargo, tensiones previas ya habían surgido, como las críticas de Musk a la política arancelaria de Trump en abril de 2025 y un supuesto pago de 10 millones de dólares exigido por el presidente, cuyo motivo no ha sido aclarado.
El analista Anthony Scaramucci, exdirector de comunicaciones de Trump, predijo en abril que la relación entre ambos estaba destinada a colapsar, describiendo a Trump como una figura que “quema” a sus aliados. La salida de Musk del DOGE a finales de mayo, aunque presentada como una decisión para enfocarse en sus empresas, ya sugería fricciones.
Perspectivas futuras
El enfrentamiento entre Trump y Musk plantea preguntas sobre el futuro de sus respectivas agendas. Musk ha insinuado la creación de un tercer partido político que represente al “80% de la población en el centro”, según una encuesta que lanzó en X. Por su parte, Trump enfrenta el desafío de mantener el apoyo de los sectores tecnológicos y financieros mientras impulsa su agenda fiscal, que enfrenta oposición no solo de Musk, sino también de algunos miembros de su propio partido.
La veracidad de las acusaciones de Musk sobre los archivos de Epstein sigue siendo incierta, pero podrían tener un impacto duradero en la percepción pública de Trump si se revelan pruebas. Mientras tanto, la batalla entre estas dos figuras influyentes continúa desarrollándose en las redes sociales y los mercados, con consecuencias que podrían redefinir el panorama político y económico de Estados Unidos.
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